domingo, 27 de noviembre de 2016

¿ROSA O AZUL?

Parece que hemos llegado a la temida fase de los dientes. Con un ansia indescriptible y babeando más que los perros de Paulov, se despiertan cada día con el puño cerrado literalmente engullido por sus mini boquitas. Da igual lo que tengan a mano: trapos, la parte superior del saquito de dormir, un envoltorio de lo que sea, se lo embuchan con una voracidad fuera de todo control materno. Aún así, no protestan cuando delicadamente procuras espantar los muñones de un manotazo. Pero les dura poco. En un lapso de milésimas de segundo continúan con su insaciable mordida.

Me comentaron que había anillos de silicona con formas geométricas en 3D, que parecían ser la salvación al ineludible periodo dental. Y así lo hice. Con mi prácticamente cero idea en productos de bebé e imaginando que tendría cientos de opciones para escoger, me dirigí cual mamá resuelta a la tienda de juguetes y artículos de bebé más grande y conocida de la zona.

Una vez allí se te abre la puerta de Alí Babá del trebejo infantil y no sabes ni para dónde mirar, ni por dónde empezar. Es increíble la cantidad desorbitada de trastos y accesorios con la que puedes llegar a topar. Hay de todo para todo. Y con esto me refiero incluso a cosas con las que no hubiera contado ni siquiera para adultos. Desde pequeñas formas con cientos de colores llamativos, a kits de supervivencia para bebés, pasando por diminutas piezas para hacer manualidades cual ingeniero con pañales, o accesorios creados para hacer más fácil la vida de mamá.
Todo parece milimétricamente estudiado para que como si del Ikea se tratara, no te quedes sin comprar aunque sea un par de velas perfumadas.

Por casualidad, y digo por casualidad, porque ya casi había olvidado a lo que había ido a hacer allí, encontré los "santos anillos". Me dispuse a comparar tamaños, formas y colores cuando me di cuenta que en cuanto a gama de tonalidades se refería sólo se ofrecía el azul o el rosa. Punto. Ni verde, amarillo o lila. No. Sólo rosa o azul. Es decir, era obvio que si tenías una niña, el azul no sería el color "adecuado" para ella. Y viceversa. Para colmo, comprobé que era cierto cómo los nacimientos de niños estaban en cabeza cuando me encontré con tres o cuatro anillos rosas y sólo uno azul.
Cómo se suponía que debía actuar? Esperar a que por arte de magia uno de los anillos se "azulara"? Preguntar al dependiente si podía pedir un anillo azul en los próximos días, con el consiguiente agobio de que uno de tus hijos se quedara en la estacada? O intentar encontrar algo similar en internet, con el riesgo de no poder palparlo y, peor aún, con la espera del envío?

A veces la vida de una madre es ciertamente "complicada"...  Verte en la tesitura de tener que elegir entre dos colores. Rosa o azul. Como si de unas elecciones en Estados Unidos se tratara. Republicanos o demócratas. Pues igual que te preguntas "Por qué he de tener solamente dos opciones a la hora de votar", te planteas el por qué aún hoy en día, en el maravilloso siglo XXI en el que vivimos, tenemos la trillada alternativa del rosa-o-azul. Es que no hay otros colores, igual de llamativos y atrayentes, como un verde esperanza o un amarillo sol, que atraigan la atención de tu bebé y le hagan sentirse el Señor de los anillos en versión reducida?.

Pero de dónde viene la idea de que el azul es para niños y el rosa para niñas?  En la antigüedad se creía que el bienestar de los niños estaba amenazado por espíritus malignos y que éstos eran alérgicos a ciertos colores, especialmente al azul. Se consideraba la asociación del color azul con el cielo, transformando con su carácter divino a las fuerzas satánicas y alejándolas. Aún hoy en día en Oriente Medio pintan las puertas de las casas en azul para ahuyentar a los demonios.
Por otro lado, como las niñas pequeñas eran consideradas inferiores, no se las protegía con ningún color especial, implantando más tarde para ellas el color rosa.

Hay infinidad de teorías que explican a lo largo de la historia las diferentes tendencias que se han llegado a experimentar, sobre todo en la cultura occidental. La definición de los colores "correctos" surgió a comienzos del siglo XX y era totalmente inverso a la actualidad. Sería a partir de los años 20 cuando las tiendas empezaron a sugerir el color azul para ellos y el rosa para ellas, como una forma de favorecer las ventas.

En cualquier caso, al encontrarme en la coyuntura de qué hacer, opté por la opción más cómoda. Me llevé uno de cada color. Evitando el pensar que pudiera ser un problema para uno de mis hijos. Simplemente era un aro de silicona que morder. Aunque después de todo siguieran prefiriendo sus deditos babeados y lanzaran al suelo con precisión inmejorable tanto el arito rosa como el azul.


No hay comentarios:

Publicar un comentario